En la temporada Otoño-Invierno 2024-2025, Lacoste regresa al calendario oficial de la Semana de la Moda de París y recupera sus raíces, ahora ingeniosamente reactivadas y rediseñadas para una nueva era por la directora creativa Pelagia Kolotouros.
Para su debut en París, la muy respetada diseñadora greco-estadounidense revitaliza la marca en el espíritu de los “Années Folles (años locos)”, cuando René Lacoste, también conocido como «el cocodrilo», era el tenista número uno del ranking mundial y París era la capital mundial del tenis. Creatividad a través de las artes. La sastrería fuerte, las líneas y los gráficos nítidos realzan el diálogo entre la moda, el deporte y, en particular, el arte, que es la escena central creativa actual de como lo era en la época de René.
René, primer francés en ganar la Copa Davis en América, en 1927, fue uno de los Cuatro Mosqueteros, cuya histórica victoria conduciría a la construcción del estadio Roland-Garros y, por extensión, del Abierto de Francia. Este evento, una de las competiciones deportivas más prestigiosas del mundo, perpetúa el legado de Lacoste y une a una comunidad global hasta el día de hoy.
Para el otoño, Lacoste ocupa el centro de la cancha para saludar a su fundador, un pionero, inventor e icono de la moda, y celebrar tanto el legado de la Casa como a su ultramodernidad. Pelagia Kolotouros y su estudio revisan los códigos del tenis y las referencias de archivo, transponiéndolos en un estilo femenino y sofisticado: las líneas se tuercen, los ángulos desaparecen y las curvas sorprenden mientras abre un nuevo camino formado por el elegante modernismo de los años 1920 y 1930. La elegancia francesa abraza el atletismo, revolucionando los códigos preppy a través de ropa de día sencilla, sofisticada y universal. Se detecta una sensualidad distintiva que persiste justo debajo del encanto original de Lacoste.
El motivo central del show se basa en la ilustración original del cocodrilo Lacoste, diseñada por René y el artista Robert George en 1927, ahora en dimensiones modernizadas. Destacado en gráficos coloridos sobre siluetas poderosas y minimalistas, se convierte en un elemento de diseño disruptivo en toda la línea. Los Baby Crocs realzan la feminidad y el glamour con bordados de lentejuelas plateadas en vestidos de encaje de malla y camisetas sin mangas, se deslizan sobre pliegues de seda y repiten un motivo de corbata en pañuelos de seda neoburgueses.
Los coordinados evocan la aventura americana del joven René. El diseñador explora referencias como la polo de tenis Lacoste original de 1933 y los tenis plisados, en tejido polar, con rayas y con etiquetas del archivo “Chemise Lacoste”. Un jacquard de estilo Pop Art está adornado con motivos inspirados en la victoria de René en la Copa Davis.
El regreso victorioso de René se cuenta a través de nuevas proporciones en la sastrería, con sutiles contrastes de corte combinados en una sola silueta. Siguiendo con la metáfora deportiva, las faldas plisadas inspiradas en las que usó la campeona de tenis Suzanne Lenglen aparecen en una sarga clásica para una apariencia impecablemente confeccionada, mientras que los plisados sobre cuero convierten un significado deportivo en un código de diseño. Prendas utilitarias como tops deportivos, parkas y chamarras estilo puffer fusionan moda y funcionalidad. Los tejidos de nueva generación actualizan el estilo de club de campo de la vieja escuela. Los abrigos cortados como batas acentúan la libertad de movimiento y se deslizan fácilmente sobre blusas deportivas y chamarras ajustadas para una apariencia fluida y progresiva.
Los elementos esenciales icónicos incluyen un abrigo cruzado de lana de cashmere bordado a mano con un cocodrilo amarillo a escala que recuerda las técnicas de las chamarras universitarias. Como bolsos de viaje vintage bien estampados, los bolsos tipo cubo con efecto de cocodrilo recuerdan la maleta de cocodrilo prometida a René Lacoste por su entrenador Allan H. Muhr antes de la Copa Davis de 1923. En otra referencia a la historia del origen de la Casa, una impresión fotográfica de René Lacoste rompiendo una pelota aparece en una serie de total looks.
Gracia y sofisticación, rendimiento y comodidad, estructura y facilidad convergen mientras el encaje de cocodrilo, la seda, las capas transparentes y los drapeados contrastan suavemente con los materiales técnicos deportivos. Los colores también reflejan la saga Lacoste, pasando del sensual negro al terracota de tierra batida con acentos contrastantes de azul cielo, hierba y verde Lacoste, y blanco puro, un emblema de la victoria dentro y fuera de la cancha.
